En Belén, en Palestina, la fiesta de la Navidad comienza pronto. A primera hora de la mañana la ciudad se despierta con los acordes de los scouts, cuya misión es llevar vida a través de la música y caldear así esta fría jornada. Belén, que cuenta con unos 30.000 habitantes, acoge hoy a decenas de miles de peregrinos, llegados para las celebraciones navideñas.
En la Basílica de la Natividad una gran multitud de fieles, procedentes de todo el mundo, esperan ya visitar el lugar santo por excelencia, la Gruta en la que hace dos mil años nació Jesús.
P. CRISTIAN
Rumanía
“Me siento como si fuera la primera vez: Navidad es siempre Navidad y vivirla en Belén es lo máximo que se puede desear. Desde la Ciudad de Belén, donde nació el príncipe de la paz, os deseo creer en esta paz… La paz existe y debemos buscarla y hacerla.”
P. KELLY
Nebraska USA
“Estamos muy contentos de estar aquí, de celebrar el nacimiento de Nuestro Señor junto a nuestros hermanos y hermanas en Cristo en Tierra Santa, ayudando de esta manera a los cristianos de Tierra Santa. Es realmente bello. Es una bendición tener la oportunidad de estar aquí.”
Para llegar a Belén es necesario atravesar el muro que separa Israel de los Territorios Palestinos. Recorriendo el antiguo camino de los patriarcas, el cortejo, encabezado por el Administrador Apostólico del Patriarcado latino de Jerusalén, Mons. Pizzaballa, atravesó la puerta en las proximidades de la Tumba de Raquel, puerta que abre solo en ocasiones especiales.
S. E. Mons. PIERBATTISTA PIZZABALLA, ofm
Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén
“Ahora es tiempo de disfrutar. Como cristianos debemos disfrutar, a pesar de las dificultades que atravesamos.”
Durante su peregrinación a Tierra Santa en 2014, el papa Francisco también quiso detenerse en el muro, mientras se dirigía a la Plaza del Pesebre. Bajando del automóvil, tocó la barrera de cemento y permaneció en silencio y oración.
En la plaza del Pesebre el Administrador Apostólico fue recibido por las autoridades civiles y religiosas e hizo su entrada solemne en la Basílica de la Natividad. Bajo las notas del canto del Benedictus, entró a continuación en la Basílica de Santa Catalina, donde se rezaron las primeras vísperas.
Precisamente de Belén de Efratá parte el anuncio: “Porque un niño ha nacido, un hijo se nos ha dado y será llamado Consejero Admirable, Dios potente, Padre eterno, Príncipe de la paz”.
FAWZI QASSIS
Cristiano de Galilea
"Este es el día más bello del año, porque expresa paz, amor, fraternidad y cooperación entre las personas, y las invita a venir aquí para experimentar amor, paz, alegría y encuentro entre los pueblos de Oriente Medio.”
SHATHA BANORA
Cristiana de Beit Sahour
“El nacimiento de Jesús comienza en nuestros corazones, sobre todo para nosotros que somos hijos de esta tierra, donde nació el cristianismo. El nacimiento de Cristo trae alegría a nuestros corazones, a pesar de las difíciles circunstancias en las que vivimos. Yo, como palestina, deseo vivir en paz y justicia como el resto de pueblos.”
Alrededor de 1.500 indios —inmigrantes y solicitantes de asilo— llegaron a Belén para celebrar el nacimiento de Jesús en la madrugada del día de Navidad.
El sonido de las campanas de la Basílica de la Natividad, los scouts y toda la ciudad de Belén dieron la bienvenida al patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, en su entrada solemne en Nochebuena.
En el primer domingo de Adviento, el custodio de Tierra Santa cruzó la puerta del muro de separación, que es testimonio silencioso de largos años de sufrimiento en la tierra donde nació el Príncipe de la Paz: Belén.