Es como si el tiempo se hubiera detenido… Una vez más. En la ciudad cristiana de Qaraqosh, al norte de Iraq, liberada en 2017 de la presencia del Estado Islámico, que ha dejado tras de sí desolación y devastación, la vida no ha vuelto a ser vibrante ni activa. Ahora, la gran preocupación de los habitantes de la llanura de Nínive y de todo Iraq es la pandemia del coronavirus, que ha sumido a la ciudad en un ambiente espectral: Amplias calles silenciosas, policía patrullando las principales vías, iglesias cerradas, toque de queda. Una vez más se pone a prueba a esta pequeña comunidad cristiana. P. BOUTROS SHITO Párroco de Santiago, Qaraqosh – Iraq "La iglesia vive diferentes desafíos especialmente en la pandemia del coronavirus que ha afectado al mundo entero. No puedo negar que las fiestas de Pascua han sido diferentes. Todos han sufrido porque no han podido participar en las liturgias de Semana Santa, Pascua y el resto de fiestas litúrgicas. Nosotros, como en el resto del mundo, nos hemos visto obligados a quedarnos en casa, para alejarnos del riesgo de contagio, para salvar nuestra iglesia, nuestra ciudad y todo Iraq." Con un sistema sanitario débil, también a causa de la destrucción causada por los yihadistas del ISIS que la conquistaron en junio de 2014, Qaraqosh ha adoptado desde el principio medidas preventivas que han limitado los contagios. Son muchas las actividades de ayuda para la comunidad cristiana por parte de la iglesia local siriaca católica y de las autoridades civiles. Para apoyar a la población en dificultad y a las familias más necesitadas se han instituido dos comités: El primero de “apoyo y ayuda” y el segundo de “solidaridad”. AZHAR NISAN KHADER Agente sanitaria "Hemos empezado a recoger las colectas de la gente, y muchos han donado. Hemos recibido donaciones de los habitantes de la ciudad, incluso musulmanes, y de aquellos que han emigrado al extranjero. Con lo que hemos recogido hemos podido comprar alimentos para distribuir entre las familias necesitadas. La primera semana distribuimos productos a más de 500 familias." P. BOUTROS SHITO Párroco de Santiago, Qaraqosh – Iraq "La iglesia tenía que ser la primera en ayudar a sus fieles y en proteger a sus hijos, como la gallina protege a sus polluelos." Read More