Presidió la celebración Fr. Ibrahim Faltas, vicario custodial, y la homilía estuvo a cargo de Fr. Ibrahim Sabbagh, párroco latino de Nazaret. En su homilía, centrada en las lecturas de la liturgia que nos muestran el significado de la Transfiguración, recordó también a muchas personas que, como Cristo, dan la vida por sus hermanos, soportando el sufrimiento e incluso la muerte para que el Reino de Dios pueda crecer y difundirse por todo el mundo. Ser consolado significa sentirse amado por Jesús que se entrega totalmente a nosotros. Entre los presentes, las Hermanas del Verbo Encarnado que formaban parte de la Comunidad de Gaza: Sor María del Pilar, Sor María del Perpetuo Socorro. Junto con la Madre María del Cielo, un hermoso grupo de religiosas vino en peregrinación para orar aquí en el Santuario. Sor MADRE MARÍA DEL CIELO Instituto Siervas del Señor y de la Virgen de Matarà Con esta peregrinación queremos dar testimonio y orar por muchos que sufren principalmente en esta Tierra Santa y recordar a todas las víctimas inocentes de esta guerra. Pedimos al Señor que los consuele. Sor MARÍA DEL PILAR Instituto Siervas del Señor y de la Virgen de Matarà Hemos venido aquí para orar y pedir que el Señor transfigure nuestros corazones y los corazones de todos y pedimos el don de su paz. Esta celebración cierra el año conmemorativo del centenario de la dedicación de la Basílica de la Transfiguración, que tuvo lugar el año pasado, antes de que estallara la guerra. Pero precisamente el misterio de la Transfiguración —afirmó fray Ricardo Bustos, guardián del Convento del Monte Tabor— todavía nos da una clave de comprensión que va más allá de nuestras expectativas. Fr. RICARDO MARÍA BUSTOS, ofm Guardián Convento del Monte Tabor Teníamos expectativas, teníamos un programa para realizar durante el año. Pero el Señor, ciertamente, había dispuesto otra cosa. Y durante el año nos quedamos así, prácticamente, un poco como Pedro, Santiago y Juan, con Jesús, aquí en el monte, pero sin la gente. Hoy es el día de la conclusión del año jubilar. La inminencia de un ataque, de una guerra mucho más generalizada que la que hemos tenido hasta ahora. Pero esto no debería asustarnos. Porque lo que vieron Moisés y Elías, en su diálogo con Jesús, es el atardecer. Y el atardecer es la resurrección de Jesús. Más allá de los desafíos de este año, una señal de la presencia de Jesús fue la llegada de tres monjas carmelitas del Instituto Nuestra Señora del Carmen, hace poco más de un mes, al servicio del Santuario. Fr. RICARDO MARÍA BUSTOS, ofm Guardián Convento del Monte Tabor Estábamos esperando saber quién podría venir a acompañarnos, a unirse a nosotros en esta presencia. Y también en el servicio de comedor. Esta es una señal de que el Señor sin duda camina con nosotros. Al final de la Santa Misa, Fr. Ibrahim Faltas dio las gracias a Fr. Ricardo, a la comunidad del Monte Tabor y a todos los que habían organizado la celebración. Saludó a Mons. Rafic Nahra, vicario patriarcal latino para Israel y al abad de la Abadía de la Dormición en Jerusalén, padre Nikodemus Schnabel, así como a todos los sacerdotes franciscanos y diocesanos de Galilea y Judea, a los numerosos fieles que habían venido a orar y pedir al Señor Transfigurado, el don de la Paz. Fr. IBRAHIM FALTAS, ofm Vicario custodial La transfiguración fortaleció la fe de los discípulos, pero también revitalizó nuestra fe. Ahora después de este hermoso momento bajamos a la otra montaña, bajamos a vivir esta preocupación de la guerra, de la malicia, del odio, de la destrucción, de todo lo que estamos viviendo en este momento, pero digamos que al menos estamos verdaderamente preparados, estamos listos para enfrentarnos a estos desafíos que nos esperan abajo. Después de la misa, se inició la procesión hacia la capilla "Descendentibus" y se leyó el Evangelio de San Marcos que narra el momento en que Jesús y los discípulos bajan del monte y les ordena que no cuenten a nadie lo que han visto, hasta no haber resucitado de entre los muertos. Allí, Fr. Ibrahim bendijo las ramas de los árboles de la montaña y luego las distribuyó entre los presentes como signo y recordatorio de lo que escuchamos y vivimos en esta montaña. Read More