El seis de enero de 2017, las campanas de Belén repicaron de fiesta y la plaza del pesebre se llenó de cristianos ortodoxos de varios ritos procedentes de toda Cisjordania. Es Navidad.
Como manda la tradición, docenas de grupos scout acogieron, junto a las autoridades civiles y a numerosos religiosos, a los líderes de las diferentes confesiones, para su entrada solemne en la ciudad donde la primera Navidad, hace 2.000 años, revolucionó el mundo.
RIMA BAQLEH
Jerusalén
“La ciudad de la paz es la ciudad del Señor Jesús y esto es algo muy significativo en nuestras vidas, porque no es solo un acontecimiento, sino el acontecimiento más importante en el mundo.”
MOUSA QUMSIEH
Beit Sahour
“Deseamos que este sea un año de paz y de seguridad.”
ASHRAF ROUMI
Belén
“Hago de Papá Noel desde hace cinco años durante las celebraciones de los latinos y de los ortodoxos, siempre aquí ante el hotel de la plaza de la Natividad, para llevar alegría a los niños.”
Inauguró la jornada el Vicario Patriarcal Siriaco-Ortodoxo, Mar Swerios Malki Murad, seguido por el Vicario de la Iglesia Copta, Anba Antonius, en su primera Navidad después del nombramiento como obispo de los coptos ortodoxos en Jerusalén y Oriente Medio. La última entrada de la mañana fue la de Teófilo III, patriarca greco ortodoxo de la Ciudad Santa.
TALA HAKOURA
Gaza
“Hay grandes diferencias entre los festejos en Gaza y los de Belén. Allí nosotros vamos solo a la iglesia a rezar y después volvemos a casa, pero aquí vemos a la gente hacer fiesta en la calle y los scouts… En Gaza no hay scouts…”
Aunque con un tono más apagado, otros cristianos ortodoxos, al mismo tiempo celebraban la misma Navidad, a pocos kilómetros al sur, dentro de la Franja.
El obispo Alexius, metropolita de la comunidad griega, presidió la Santa Misa en la Iglesia de San Porfirio, en el barrio Zeitoun.
KAMEL AYAD
Responsable Relaciones Públicas Iglesia Ortodoxa
“Mi mensaje en este año nuevo y en esta fiesta, la fiesta del nacimiento de Nuestro Señor Jesús, es un mensaje de amor y de paz. Deseo que esta sea una fiesta para los jóvenes, para ofrecerles una condiciones de vivir en su patria y para hacer que emigren al extranjero.”
La Navidad tiene lugar, según el calendario oriental juliano, a menos de dos semanas de distancia de la católica. Los últimos en celebrarla serán los armenios, el 19 de enero. Pocos días de diferencia que, en el transcurso de la historia, han traído a veces divergencias y problemáticas, pero que, año tras año, dan paso al deseo de una más profunda unidad, como ocurre con ocasión de las tradicionales felicitaciones en el patriarcado greco-ortodoxo.
S. B. TEÓFILO III
Patriarca Greco Ortodoxo de Jerusalén
Hoy es un imperativo tratar de hacer lo máximo posible para ayudar de alguna manera nuestras comunidades cristianas a permanecer aquí y confortarlas.
S. B. TEÓFILO III
Patriarca Greco Ortodoxo de Jerusalén
Esto no es profundamente importante solo para Tierra Santa, o para la Ciudad Santa de Jerusalén, sino que lo es para todo Oriente Medio.
Alrededor de 1.500 indios —inmigrantes y solicitantes de asilo— llegaron a Belén para celebrar el nacimiento de Jesús en la madrugada del día de Navidad.
El sonido de las campanas de la Basílica de la Natividad, los scouts y toda la ciudad de Belén dieron la bienvenida al patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, en su entrada solemne en Nochebuena.
En el primer domingo de Adviento, el custodio de Tierra Santa cruzó la puerta del muro de separación, que es testimonio silencioso de largos años de sufrimiento en la tierra donde nació el Príncipe de la Paz: Belén.