“Esta es la salvación de Dios: la posibilidad de recomenzar siempre, la posibilidad de que todo se transforme”. Mons. Pierbattista Pizzaballa concluye así el mensaje de felicitación de Navidad ofrecido durante la tradicional rueda de prensa en el patriarcado latino de Jerusalén.” El Administrador Apostólico repasó con los periodistas presentes los acontecimientos que han destacado durante el año que acaba, en el ámbito eclesial y social. No se ha limitado a subrayar el proceso en curso de reorganizar administrativa y pastoralmente el patriarcado latino o el acercamiento entre las iglesias cristianas de Tierra Santa o el aumento de peregrinos en 2017, a pesar de las cancelaciones de las últimas semanas. Ha aprovechado para reiterar la necesidad de preservar la naturaleza única de Jerusalén, tesoro de toda la humanidad. Ha denunciado la gran ausencia de una política que marque proyectos y se comprometa en la libertad y el bien común del pueblo. Ausencia que no hace más que alimentar el cansancio y la incomodidad en la comunidad cristiana. Las tensiones y las dificultades, sin embargo, continúan sin tener la última palabra. S. E. Mons. PIERBATTISTA PIZZABALLA, ofm Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén “Como cristianos no renunciamos a nuestra pública expresión de alegría. Haremos todo lo que debamos por Navidad, en familia, y también en las celebraciones… Quiero también reiterar nuestro compromiso. A pesar de todo estamos aquí, nos quedamos aquí y haremos todo lo posible por superar todos nuestros problemas. Gracias, Feliz Navidad a todos y que Dios os bendiga. En la misma línea va la felicitación del Custodio de Tierra Santa, en su mensaje de Navidad. “A pesar de las muchas apariencias de signo contrario, que las noticias diarias y la experiencia personal nos ponen ante los ojos”, recuerda Fray Francesco Patton, “la Navidad discurre ante nosotros como un don que puede cambiar nuestra vida”. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa “Que cada uno de nosotros, en esta Santa Navidad, sepa abrir los brazos para acoger, con generosa ternura al Niño de Belén, pero también a todos los pequeños en los que Él se hace presente. Que cada uno de nosotros pueda abrir sus manos, en el gesto del don, hacia los necesitados y hacia toda criatura que encontraremos en estos días en nuestro camino. Feliz Navidad desde este lugar, el lugar en el que el don de Dios y nuestra salvación comenzaron.” Read More