Ha vuelto a Tierra Santa un fragmento de la reliquia del pesebre que, según la tradición, acogió a Jesús recién nacido. Un pequeño trozo de madera, que ha atravesado el Mediterráneo pero que es sobre todo capaz de atravesar los siglos, hasta la noche de Navidad hace dos mil años. La primera parada ha sido en la iglesia del complejo pontificio de Notre Dame, con la Santa Misa celebrada por el delegado apostólico para Jerusalén, Mons. Leopoldo Girelli. Recuperado de la “Sagrada Cuna” conservada en Roma, en la Basílica de Santa María la Mayor, el fragmento de la reliquia es un regalo del papa a la Custodia de Tierra Santa.
Fr. FRANCESCO PATTON, ofm
Custodio de Tierra Santa
"Estamos custodiando el pesebre en el que María depositó a Jesús después de su nacimiento en Belén, y este fragmento forma parte de la parte de madera de la estructura del pesebre. Es importante porque recuerda el misterio de la encarnación: Este convertirse en niño, este convertirse en hombre por parte del hijo de Dios, encarnándose en esta tierra, convirtiéndose en hombre en esta tierra."
“El hombre de hoy —comentó en su homilía Mons. Girelli— es “el hombre de lo tangible”. Esta reliquia es algo tangible, que nos recuerda el momento exacto de la historia en la que Dios se hizo hombre. También el material del que está hecha es emblemático, porque el culmen de la historia de amor entre Dios y el hombre pasa a través de la madera del pesebre de Belén y la madera de la cruz de Jerusalén. La Navidad y la Pascua son ambas fiestas de la redención.
P. JUAN SOLANA, L.C.
Director Notre Dame of Jerusalem Center
"Esta atención del papa hacia Tierra Santa, hacia los cristianos de Tierra Santa, hacia sus necesidades, es muy grande, y he advertido cómo la gente lo ha valorado mucho."
KARL-HEINZ FLECKENSTEIN
Jerusalén
"Para nosotros es algo realmente muy importante y hermoso tener esta reliquia aquí, porque es la prueba de que Jesús se hizo hombre, que el hijo de Dios se hizo hombre, que el hombre puede ser hijo de Dios."
LOUISA FLECKENSTEIN
Jerusalén
"Nos hemos levantado pronto esta mañana... Una reliquia de Belén que vuelve a sus orígenes... Una gran emoción. Para mí hoy es Navidad."
Tras una jornada dedicada a la veneración de los fieles, se le entregó oficialmente al custodio de Tierra Santa la reliquia del pesebre de madera, donado en el siglo VII por el patriarca de Jerusalén San Sofronio al papa Teodoro I, que parece que tenía orígenes palestinos. Por ello la procesión hacia la iglesia de San Salvador y la oración de vísperas en el día de la fiesta de Todos los Santos franciscanos, en el que se recuerda también la confirmación solemne de la Regla de San Francisco por parte del papa Honorio III, en 1223. A la espera del traslado de la reliquia a la iglesia de Santa Catalina, en Belén, a unas docenas de metros de la Gruta de la Natividad.
Fr. FRANCESCO PATTON, ofm
Custodio de Tierra Santa
"Permanecerá aquí en Tierra Santa, será una especie de vuelta a casa para esta reliquia."
Alrededor de 1.500 indios —inmigrantes y solicitantes de asilo— llegaron a Belén para celebrar el nacimiento de Jesús en la madrugada del día de Navidad.
El sonido de las campanas de la Basílica de la Natividad, los scouts y toda la ciudad de Belén dieron la bienvenida al patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, en su entrada solemne en Nochebuena.
En el primer domingo de Adviento, el custodio de Tierra Santa cruzó la puerta del muro de separación, que es testimonio silencioso de largos años de sufrimiento en la tierra donde nació el Príncipe de la Paz: Belén.