La Vera Cruz. Un hallazgo importante que en Jerusalén se celebra —como único lugar en el mundo tras la reforma litúrgica de 1969— el 7 de mayo precisamente en el mismo lugar en el que fue descubierta: En la Basílica del Santo Sepulcro. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa “San Rufino nos narra cómo ocurrió este hallazgo, cómo la reina Santa Elena, por una visión vino aquí a Jerusalén e identificó el lugar. Las cruces que se encontraron fueron tres (...) Una noble mujer es curada al tercer intento cuando tocó la vera cruz. Otra fuente tradicional habla de un muerto que resucitó con la vera cruz.” Del hallazgo de la Santa Cruz en el 327 nació la devoción a las reliquias. Esta, de hecho, fue dividida y, según la historia de San Rufino— la reina Elena mandó partes de la cruz a las principales iglesias de aquel tiempo: Constantinopla y Roma, donde todavía hoy es posible venerar algunos fragmentos. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa “Una parte la hizo cubrir de plata y se quedó allí. En aquella ocasión, cuenta la historia de San Rufino, se encontró también el cartel colocado sobre la cruz en tres lenguas: “Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos”. Mientras que la parte conservada en Jerusalén se perdió con la conquista de Saladino de la Ciudad Santa, se habían tomado ya muchos fragmentos y astillas en los años posteriores al hallazgo, como testimonia Cirilo de Jerusalén en sus catequesis: La madera de la cruz se distribuye por toda la tierra en pequeños fragmentos”. Una misa solemne para reflexionar y meditar sobre lo que es el misterio de la cruz como instrumento de salvación. “¿De qué nos gloriamos y de qué deberíamos gloriarnos?”, preguntó el padre custodio durante su homilía. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa “San Francisco nos dice que podemos gloriarnos cuando llevamos la cruz de Nuestro Señor Jesucristo. Vivimos de manera paciente nuestras enfermedades, seguimos a Jesús con todas las dificultades que comporta la vida de cada día y lo hacemos sabiendo que de esta manera estamos reviviendo ese misterio de humillación y abatimiento, pero también de exaltación y elevación, que ha sido la cruz.” Los fieles, al final de la celebración, dieron tres vueltas en procesión entorno al edículo del Santo Sepulcro. Tras la bendición pudieron venerar la reliquia de la Santa Cruz, signo de esperanza e instrumento de salvación. Read More