Durante 40 días la Iglesia se ha preparado con penitencia y obras de caridad para entrar en el misterio pascual. El Domingo de Ramos es un tiempo de celebración. El Hijo de David es acogido entre cantos y palmas: desde esta entrada triunfal Jesús llevará a cabo su misterio pascual. En la Basílica del Santo Sepulcro se celebra por la mañana. Desde la bendición de los ramos, hasta la procesión alrededor del Edículo del Santo Sepulcro, pasando también por delante del Calvario: gestos que simbolizan el vínculo entre la muerte y la resurrección. La solemne celebración fue presidida por Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén. La primera lectura habla del Siervo sufriente de Isaías mientras que la segunda cuenta cómo Jesús se "despoja" completamente de sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte en la cruz. El Evangelio de Mateo, cantado, narra la Pasión de Jesús. Esta es la primera de las celebraciones de la Semana Santa. Estar en Jerusalén estos días tiene un significado especial. De hecho, este año son muchos los peregrinos que pueden vivir estos momentos en los mismos lugares donde Jesús vivió su pasión, muerte y resurrección. Fr. LUCA DI PASQUALE, ofm Provincia Seráfica de San Francisco de Asís - ITALIA Es la tercera vez que estoy aquí en el Santo Sepulcro y poder celebrar la Semana Santa. Siempre es una emoción única porque es posible vivir en los lugares donde todo sucedió, donde el Señor ha elegido entregarse por nosotros. Poder participar de esta experiencia también con fieles de todo el mundo es sin duda un tesoro para nosotros y para aquellos a quienes se lo llevaremos de vuelta en nuestras familias y nuestras realidades. Read More