Cuando todavía luce el sol en las calles del barrio musulmán de Jerusalén se hacen las compras para la noche. A dos pasos de la puerta de Damasco se compra lo esencial: Verdura, pan… Solo alguna media luna y decoraciones luminosas indican que, a pesar del coronavirus, este es un tiempo de fiesta. IZZELDIN NAQSHBAND "Durante el Ramadán las personas se reúnen, se encuentran por las calles, que se llenan completamente durante un mes. Este año es muy diferente. No habíamos visto nunca una situación así, incluso en los momentos y circunstancias más especiales, durante la guerra. Pero de alguna manera todo esto nos devuelve a lo esencial, nos hace entender que somos todos iguales… Es la primera vez que me doy cuenta de que en todo el mundo, todas las personas están en la misma situación." Los comerciantes a los que las disposiciones anticoronavirus han permitido trabajar bloquean la entrada para servir los productos directamente en la puerta… Lentamente tratan de volver a comenzar después del confinamiento, pero la mayor parte de los negocios está todavía cerrada. ALI HALAWANI Representante del Comité de Comerciantes "Sin los miles de fieles que vienen de todo el mundo y compran, no hay trabajo. Aquí en la ciudad vieja la situación de los que tienen un negocio es realmente difícil: Se han declarado en bancarrota, ya no tienen dinero. Hay que pagar impuestos y otros gastos, pero no hay visitantes, los negocios están cerrados. La mezquita de Al-Aqsa está cerrada, todas las mezquitas están cerradas." Al atardecer, el disparo del cañón desde Jerusalén Este anuncia que el ayuno diario ha acabado. Cantan los muecines… Pero no se podrá ir a rezar a la mezquita, ni reunirse como es tradición para el iftar —la cena de la noche— con familiares y amigos. En el barrio se prohíbe salir de casa de 18 a 3 de la mañana, y los mismos imanes han invitado a los fieles a celebrar el mes más sagrado del año para los musulmanes en familia. El de este año es un Ramadán sobrio. Izziyad Comerciante "¡No es fiesta, no es Ramadán! La gente está en casa, no sale, no viene hasta aquí y no va a ninguna parte. No entramos en la Explanada ni en ninguna mezquita desde hace dos meses... Hace dos meses que estamos encerrados en casa, sin salir. Hace poco que he podido abrir. Esperamos que todo vuelva a ser como antes lo antes posible." Read More