En el Antiguo Testamento la ciudad es llamada con el nombre Beth Lechem, “casa del pan”, y también Efratá, nombre que deriva de la tribu asentada en estos lugares, que literalmente significa “fructífera”. También los nombres más modernos nos remiten a la idea de un lugar de fertilidad y abundancia. En árabe, sin embargo, el nombre significa “casa de la carne”, por la gran cantidad de rebaños de ovejas y cabras, una de las actividades más importantes de la zona.
P. EUGENIO ALLIATA
Arqueólogo Studium Biblicum Franciscanum (Jerusalén)
“La Biblia habla en diferentes ocasiones de Belén, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Desde un punto de vista arqueológico no son muchos los restos que se han encontrado en la ciudad de Belén pero los pocos que se han encontrado concuerdan con lo que dice la Biblia.”
Es recordada por la Sagrada Escritura como la ciudad de David, lugar también de la sepultura de Raquel, mujer del patriarca Jacob. En 2012, en el parque nacional situado junto a las murallas de Jerusalén, se descubrió una bula de 1 centímetro y medio, donde leemos el nombre de la ciudad de Belén, escrito en caracteres hebreos antiguos. Según los arqueólogos israelíes, es la primera prueba tangible de la existencia de la ciudad en tiempos antiguos. El nacimiento de Jesús tuvo lugar en tiempos del dominio romano. Junto a Belén está, de hecho, el palacio de Herodes: el Herodium.
P. EUGENIO ALLIATA
Arqueólogo Studium Biblicum Franciscanum (Jerusalén)
“En el Evangelio se habla de la matanza de los niños de Belén de dos años para abajo. Sabemos que Herodes fue una figura importante, bien documentada desde el punto de vista histórico y que vivió en la zona de Belén. Allí hizo construir un gran palacio que fue también el lugar de su sepultura. Las ruinas de este palacio resistieron hasta hoy, haciendo presente la figura que aparece en los Evangelios de una manera algo siniestra.”
En el Museo del Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén, se encuentran objetos encontrados en la gruta de San Jerónimo y que testimonian los periodos de los profetas que anunciaron el nacimiento de Jesús.
Como también el periodo cruzado y otros…
P. EUGENIO ALLIATA
Arqueólogo Studium Biblicum Franciscanum (Jerusalén)
“Aquí en Tierra Santa, lo más importante para llegar a la época histórica del Evangelio es la tradición. No hay nada más importante que la tradición.”
P. EUGENIO ALLIATA
Arqueólogo Studium Biblicum Franciscanum (Jerusalén)
“Así podemos decir que la tradición de Belén ha sido testimoniada a través de los monumentos a lo largo de toda la historia. Hasta casi la época del nacimiento de Jesús.”
La gruta de la Natividad consta de una larga documentación histórico-arqueológica que se remonta a San Justino, mártir del siglo II. Se convirtió muy pronto en lugar de culto para los primeros cristianos, hasta el 135 cuando Adriano construyó un templo pagano, para anular el culto cristiano ya establecido. En el 325 Santa Elena, madre de Constantino, sobre la gruta hizo construir la gran basílica, que el mismo emperador quiso que fuera digna del recuerdo del lugar del nacimiento de Jesús. Desde aquel momento comenzó un periodo de renacimiento de todos los Santos Lugares y los peregrinos comenzaron a llegar en gran número. De esta basílica todavía hoy es posible los mosaicos y columnas.
P. EUGENIO ALLIATA
Arqueólogo Studium Biblicum Franciscanum (Jerusalén)
“San Jerónimo, un gran escritor que vivió poco después de la época Constantiniana, explica la belleza y grandeza de esta Basílica —y al mismo tiempo también algo de su espíritu— cuando dice: “como se siente pequeño el hombre que camino bajo el firmamento estrellado, entre grandes columnatas con capiteles pintados de oro.”
Pero dice también: El Señor del Universo no vino a un palacio, sino que vino a nacer a un pequeña porción de tierra.
P. EUGENIO ALLIATA
Arqueólogo Studium Biblicum Franciscanum (Jerusalén)
“Así nos sentimos también nosotros. Viendo la belleza de ciertas construcciones de Belén, estamos tentados en hacer una contraposición con la Gruta, humilde y simple, que fue el primer testigo del evento ciertamente más importante de la humanidad.”
“El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. Porque un niño nos ha nacido y se llama: consejero admirable, Dios potente, Padre por siempre, Príncipe de la paz…”
El mensaje de Navidad del custodio de Tierra Santa, Fr. Francesco Patton; la oración por la paz en Roma; el nuevo libro sobre la historia de los orígenes del cristianismo y finalmente la festividad judía de Janucá.
Janucá, también conocida como la "Fiesta de las Luces", es una importante festividad judía. El día de Navidad coincide con el inicio de esta festividad.
El 11 de diciembre, la Plaza de Santa Maria in Trastevere en Roma fue iluminada con velas de fe y esperanza durante una oración dedicada a la paz mundial, presidida por el cardenal Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, junto con el vicario de la Custodia de Tierra Santa, Fr. Ibrahim Faltas.
El 13 de diciembre, la Universidad de Dar Al-Kalima, en colaboración con la Misión Pontificia, organizó una conferencia en el teatro universitario de Dar Al-Kalima en Belén para presentar el libro “Palestina, cuna del cristianismo”: Una introducción a la historia de los orígenes del cristianismo desde el siglo I al VII.