No todos saben que María es la santa patrona de la orden franciscana. Pero ¿por qué esta importancia de la Virgen para la orden? Lo descubriremos a través de una selección de objetos procedentes de colecciones de la Custodia de Tierra Santa y que se expondrán en la futura sección histórica del Terra Santa Museum. El museo, que tendrá su sede en el convento de San Salvador de Jerusalén, será el lugar donde descubrir la historia de los franciscanos en Tierra Santa y su devoción hacia la Madre de Dios. Nos acompañarán en esta reflexión el Padre Stéphane Milovitch, director del Departamento de Bienes Culturales de la Custodia, y el Padre Alessandro Coniglio, profesor del Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén. Fr. STÉPHANE MILOVITCH, ofm Director Departamento de Bienes Culturales – Custodia de Tierra Santa Hoy nos encontramos en la Curia de la Custodia de Tierra Santa en Jerusalén. Les presentamos un panel, de fabricación italiana, pintado al temple y que se remonta probablemente al siglo XVI. Como se puede ver, la tabla es el resultado de la unión de dos ejes. Se ha planteado la hipótesis, a causa de la diferencia de estilo entre la parte inferior y la superior, de que el registro inferior perteneciera a un retablo, mientras que la parte superior se añadiera al colocar la obra. En el piso inferior se representa la Déesis, un tema iconográfico típico del arte bizantino que muestra la figura de Cristo Juez, acompañada a los lados por la Virgen y por San Juan Bautista que interceden por los hombres en el momento del Juicio Universal. Entre ellos, reconocemos a la izquierda a San Francisco y a San Domingo. Y a la derecha a Santa Catalina de Alejandría. En el piso superior se representa a Dios padre rodeado de una nube y de los cuatro evangelistas, mientras que a los lados tiene lugar el episodio de la Anunciación. Fr. ALESSANDRO CONIGLIO, ofm Profesor Studium Biblicum Franciscanum - Jerusalén "Por ello el tema de este lienzo es la déesis, es decir, la “intercesión”. El papel de María y del Bautista, de hecho, es llevar las oraciones de la humanidad ante Cristo, para obtener de él las bendiciones y las gracias que necesita nuestra pobre humanidad. Esta representación nos recuerda una oración a la Virgen que el Santo de Asís compuso como antífona única en su oficio de la Pasión y que dice así: “Santa Virgen María, no ha nacido en el mundo entre las mujeres ninguna semejante a ti, hija y esclava del altísimo Rey sumo y Padre celestial, madre de nuestro santísimo Señor Jesucristo, esposa del Espíritu Santo; ruega por nosotros, junto con el arcángel San Miguel y todas las virtudes del cielo y con todos los santos, ante tu santísimo Hijo amado, Señor y maestro.” (FF 281). San Francisco invoca a María como aquella que intercede ante su divino hijo, en virtud de sus especialísimos méritos. Así Francisco describe la particular relación que vincula a María con la Trinidad. María tiene poder en el corazón de Dios porque es hija y sierva del Padre celestial, madre de Jesús y esposa del Espíritu Santo. Por ello está claro que Dios no puede resistirse a su oración, porque Dios, que es relación de amor en su ser más profundo, estableció con María, como con ninguna otra criatura, una relación única de amor, paterno, filial y conyugal. Sin embargo, en un escrito dirigido a las Hermanas Pobres de San Damián, es decir, a Clara de Asís y a sus primera compañeras, vemos que San Francisco está convencido de que toda alma puede establecer esta misma relación de amor con las personas de la Santísima Trinidad. Dice de ellos San Francisco que “por divina inspiración os habéis hecho hijas y esclavas del altísimo y sumo Rey, Padre Celestial, y os habéis desposado con el Espíritu Santo, eligiendo vivir según la perfección del santo Evangelio”. (FF 139). Por ello el alma que sigue a Jesús en su vida evangélica es una nueva María, hija y sierva de Dios padre, y esposa de Dios Espíritu, y entra así en el gran coro de intercesores por las necesidades del mundo que asciende desde la Iglesia Santa a la Trinidad." Read More