¿Qué es la santidad? Ser "creativos en el amor y perseverantes en las pruebas", afirmó el papa Francisco en su homilía del domingo 20 de octubre. En la fachada de San Pedro se encuentran las imágenes de los santos recién canonizados, un sacerdote italiano, una monja italiana con otra religiosa canadiense y, finalmente, ocho frailes franciscanos junto con tres laicos maronitas. Son los mártires de Damasco, una nueva página de santidad en la historia de la Custodia de Tierra Santa. Entre los concelebrantes, el patriarca latino de Jerusalén y el patriarca de la Iglesia maronita. En un momento de violenta persecución anticristiana en la ciudad de la actual Siria, que entonces, como todo Oriente Medio, era el Imperio Otomano, los siete frailes españoles más un austriaco dieron su vida por Cristo, junto con los tres hermanos Masabki, libaneses maronitas, dos de ellos casados y con hijos. Fray Manuel Ruiz y sus compañeros mártires fueron beatificados por Pío XI en 1926, unos cien años después, mientras Oriente Medio estaba más que nunca desgarrada por la violencia, la Iglesia se deja interpelar por la Palabra del Señor: ¿Puedes beber de mi cáliz?”. Cristo provoca el deseo del hombre y relanza las aspiraciones mundanas hacia un horizonte diferente, que es el del amor. La lógica de la dominación se invierte, y el evangelio, que brilla en la vida de los santos, muestra un camino que escandaliza al hombre de hoy: "No vence el que domina, sino el que sirve por amor". Fr. BAHJAT KARAKASH, ofm En ese martirio no sólo estaban los frailes y los tres laicos; eran miles de cristianos, y aún hoy nuestra comunidad cristiana vive su testimonio con gran dificultad debido a la guerra y sus consecuencias. Lo más importante es que, a pesar de haber disminuido en número, esta comunidad sigue muy presente en la zona, con un impacto muy fuerte a nivel social, moral y espiritual. Hoy los cristianos están en primera línea en la reconstrucción de la sociedad siria mediante obras de emergencia humanitaria y apoyo psicológico, moral y espiritual. Es una comunidad que vive como puente de diálogo y paz entre las diferentes comunidades sirias, que no siempre conviven pacíficamente. Los cristianos todavía tienen un papel y un testimonio muy fuerte que ofrecer al mundo. CARD. PIERBATTISTA PIZZABALLA Patriarca latino de Jerusalén Debemos, como dicen en inglés, pensar out of the box, es decir, no quedarnos atrapados en nuestros grupos, en nuestra tribu o en nuestra forma de pensar, sino tener el coraje de salir de los límites y empezar a poner al otro en el centro, no la propia opinión. Al día siguiente, lunes 21 de octubre, los frailes menores se reúnen en el Antonianum para celebrar una solemne Eucaristía de acción de gracias. Preside el patriarca latino de Jerusalén, Card. Pierbattista Pizzaballa, y concelebran el padre custodio, Fray Francesco Patton, y algunos obispos y sacerdotes de muchas partes del mundo. Asistimos a la ilusión de creer que se pueden construir perspectivas de paz con el uso de las armas – afirmó el patriarca en su homilía – Hemos visto cómo todo esto ha producido destrucción por todas partes. Realmente deberíamos hacer penitencia y pedir perdón a Dios por todo esto, y reconocer que incluso las religiones, en sus formas institucionales, no han demostrado gran libertad y capacidad de profecía. Pero a pesar de las muchas dificultades, la fuerza de la Cruz permanece luminosa y nos da consuelo. “Os perdonamos”, dice el patriarca, recordando la escritura de algunos jóvenes cristianos palestinos en un muro destruido por los bombardeos, “pero os perdonamos”, esta es la manera cristiana de ser en Oriente Medio. CARD. PIERBATTISTA PIZZABALLA Patriarca latino de Jerusalén Para purificar la memoria, primero hay que liberar el corazón del depósito de odio y de tanta violencia que se ha acumulado en su interior. Esto sólo se puede hacer si hay una mirada que va más allá de nosotros mismos, dirigida ante todo a Dios, puede, poco a poco, a través de las personas y las relaciones, purificar nuestro corazón. Sin embargo, debemos distinguir el aspecto personal del colectivo y comunitario. El aspecto personal tiene su propio camino que debe ser más rápido; el comunitario, en cambio, es más lento y, además del perdón y la purificación de la memoria, necesita acoger la dignidad y la justicia. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa Evidentemente, construir la paz no es algo sencillo, y aquí debemos referirnos a San Francisco. San Francisco, enviando a los frailes a Tierra Santa, dijo: "Acordaos de que la paz que anunciáis con vuestros labios, es necesario tenerla primero en el corazón". Incluso los cristianos, a veces, podrían verse tentados a reaccionar con medios violentos, lo que sin embargo, no son aceptables para la conciencia cristiana. Por tanto, hay una dimensión educativa pastoral, y creo que una de las herramientas privilegiadas para construir una cultura de paz son las escuelas. Tenemos muchas escuelas y tratamos de que se inspiren en el encuentro entre San Francisco y el sultán, que representa una parábola y un paradigma de trabajo por la paz. Además de las escuelas, también hay circunstancias concretas que favorecen la paz. Pienso, por ejemplo, en cuando alguien se encuentra en dificultades: durante el terrible terremoto ocurrido en Siria hace algunos años, en Alepo, se abrieron a todos las puertas del Terra Santa College, así como las de la parroquia, para cristianos y musulmanes. Read More